Gerardo Prieto / Uno de los grandes mediofondistas españoles de siempre, Juan Carlos Higuero, es ahora un organizador de éxito gracias a su experiencia como atleta de élite y a su pasión por un deporte que conoce a la perfección. El doble finalista olímpico de 1500 y once veces campeón de España de esta distancia desvela en este artículo como fueron sus inicios y cual es la clave, a su entender, para ser un promotor deportivo de éxito: cuidar al corredor.
“Antes de dar por finalizada mi carrera deportiva entre la élite ya pensaba en organizar alguna carrera. Incluso ya tenía en mente un par de circuitos aptos para tal fin, uno de ellos muy cerca de mi casa en Aranda de Duero. El punto de partida lo sitúo en 2011, cuando conseguí de la Banca Cívica (lo que antes era Caja de Burgos) 5.200 euros gracias al proyecto “Tu eliges, tu decides”. Ese dinero lo usé para comprar una camiseta a todos los escolares de Aranda de Duero, que son aproximadamente 2.400. ¿Porque decido comprarles una camiseta? Porque siempre que voy por la calle los niños me piden algún obsequio y comprendí que ese era el momento de regalarles una camiseta a cada uno de ellos, un recuerdo mío y una manera de motivarlos para hacer deporte.
Reunimos a esos 2400 niños en el Pabellón Príncipe de Asturias de Aranda y realizamos unas actividades de carreras con ellos. Viendo la imagen de tantos niños hacer deporte al mismo tiempo, y la alegría que desprendían -un recuerdo imborrable- quise dar un paso más y organizar una carrera sobre todo para ellos. Y para sus padres.
Aprovechando que Aranda era sede de la Exposición de las Edades del Hombre, me puse en contacto con la Fundación que lo gestiona para plantearles una actividad paralela, una carrera multitudinaria que maridaba a la perfección deporte y cultura. La idea gustó y enseguida empecé con los preparativos, algo novedoso para mí, pero a la vez familiar. Me lo tomé tan en serio que empecé a organizarlo con un año de antelación, para que todo saliera a la perfección, como si de un gran campeonato se tratara.
Con la experiencia y los conocimientos adquiridos en las grandes competiciones que he disputado a lo largo de mi trayectoria deportiva, me puse en marcha. No podía fallar en mi debut como organizador. Cogía ideas de cada carrera que he disputado y trataba de adaptarlas para que el corredor popular las aprovechara y se sintiera bien cuidado y bien tratado. Incluso contratamos a la “tele” para que el evento tuviera cobertura -gracias a Teledeporte-. Quería que los corredores populares sintieran lo mismo que sentimos los internacionales cuando estamos en grandes escenarios.
Mi primer evento como organizador atrajo a 2.350 participantes, (1650 adultos y 700 niños) y al igual que el evento de los niños que organicé en 2011, me sentí muy emocionado al ver a tanta gente haciendo lo que mas me gusta en la vida.
La diferencia entre organizar una carrera y correrla es un mundo. Son cosas casi totalmente diferentes pero que en el fondo guardan un gran paralelismo. Cuando vas a correr todo esta preparado, te llevan y te traen del hotel, te reciben con el dorsal, te explican el itinerario, etc. Todo se mueve según tus necesidades. Si eres el organizador, tienes que tener todo controlado, desde los permisos del ayuntamiento, el mobiliario del evento y el speaker, por ejemplo, hasta los cursos de formación de los voluntarios. Son tantos los frentes abiertos antes de una carrera que cuesta un imperio cerrarlos. Todo ello exige una gran concentración. Tanta como si se tratara de un atleta de élite antes de una gran final.
Teniendo la base del entrenamientos diario y del trabajo para conseguir los objetivos, siempre ambiciosos pero alcanzables en la pista, el organizador de carreras -al menos en mi caso- debe mantener una actitud muy parecida. Mucha concentración en lo que haces. Esa es mi experiencia. Hay que ser muy constantes y cuidar todos los detalles. Cada día cuenta. Siempre se pueden hacer mejoras, en el circuito, en el diseño de organización, en casi todos los aspectos. Aunque yo ya tengo un formato, siempre piensas mas allá y te vienen ideas nuevas cada día para mejorar. Un año hicimos un sorteo con un viaje a Ibiza para dos personas. En otra carrera sorteamos 10 decimos de Lotería cuyo número era mi marca personal en 1500.
Cuidamos los detalles
Creo que mi filosofía, como organizador se resume en dar a cada uno de los participantes lo que busca. E insisto: tratamos igual al primero en meta que al que llegue el 987º. Y cuidamos los detalles: en la Carrera de Aranda entregamos mil botellas de vino Ribera del Duero a los mil primeros. Pero no descuidamos al resto, que se fue a casa con una morcilla burgalesa. Son pequeños estímulos que al corredor popular le motivan, sabiendo que el nivel no importa, que están unidos por una meta común. Y mi objetivo es seguir construyendo metas para los apasionados, o simplemente aficionados, a este maravilloso deporte
Como digo, los detalles son importantes. Ahí van algunos: diseñamos una zona de calentamiento con el mapa y las indicaciones correspondientes como que si se tratara de una carrera internacional. A disposición de todos los participantes ponemos duchas y fisios. En veteranos hacemos hasta cinco categorías. En Ávila ofrecimos una comida a todos los participantes (2.500). En Aranda, lo que contiene la contundente bolsa del corredor tiene mayor valor que la inscripción.
También es muy importante escuchar las sugerencias de los corredores para poder seguir mejorando en el próximo evento. Las aportaciones de tu propio equipo de colaboradores, en mi caso unas 20 personas, ya formadas y que saben en cada momento lo que deben hacer, son fundamentales. También hemos incluido carreras para atletas con discapacidad.
Organizar carreras era y sigue siendo un reto y una satisfacción personal cuando el evento es un éxito de público y participación. Disfruto muchísimo el ver correr a tanta gente a la vez, da igual la forma física o el nivel del participante. Mi objetivo es seguir construyendo metas”.